Los datos de ejecución presupuestaria son el documento público más actualizado sobre la gestión económica del Gobierno autonómico. En su último informe, del primer semestre del 2022, recoge un fuerte aumento de la recaudación por impuestos directos e indirectos en relación con el mismo período del 2021. Ese incremento, sumado al de otras fuentes de ingresos, permitieron a la Xunta y sus distintos organismos autónomos, pedir menos de la mitad de crédito que el año anterior.
No solo mejoraron los ingresos ordinarios. A mitad del 2022, la Xunta tenía unas ganancias comprometidas por multas y recargos de 34,4 millones. Fue la cantidad más alta en 20 años —solo por detrás de la del 2015—, y multiplicó por más de tres la previsión que figuraba en el presupuesto. También las sanciones impuestas por las consellerías aportaron más. Los ingresos a 30 de junio del 2021 apenas superaban los 10 millones; un año después pasaban de 11.
Todavía más significativa fue la mejora de los ingresos por la tasa de servicios administrativos, que pasó de 2,9 millones en la primera mitad del 2021 a 4,6.
En total, los ingresos por tasas y precios públicos ascendía a mediados del 2022 a 76 millones, casi diez más que un año antes.
Pero la parte del león hay que buscarla en la recaudación de impuestos, que deja muy pequeñas esas cifras. Los tributos directos aportaban a las arcas autonómicas 1.338 millones a 30 de junio, cien más que un año antes. Como en el total de ingresos por tasas, esa cifras no se refiere a un compromiso de ingresos, sino que se trata de las recaudaciones líquidas, en las que se han restado las devoluciones.
Entre los impuestos directos destaca la tarifa autonómica del IRPF, que aportaba 1.276 millones frente a los casi 1.164 del ejercicio anterior. También aumentó el compromiso de ingresos por el tributo de Patrimonio, que en junio ascendía a 11,8 millones frente a los 7,1 del mismo mes del 2021.
Sí bajaron los ingresos por el tributo de sucesiones y donaciones (vinculados a las herencias) —de 256,3 millones en el 2021 hasta los 212,4—, que están bonificados en más del 90 %.
Al igual que los impuesto directos, los indirectos también mejoraron su aportación. A 30 de junio, la recaudación líquida de ese capítulo ascendía a 1.793 millones, 71 más que en el 2021.
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La mejora de la recaudación se produjo en la práctica totalidad de los tributos. Los ingresos comprometidos por el IVA ascendían a casi 1.093 millones, 22 más que el año anterior. La tasa a las transmisiones entre vivos añadió 167,8 millones, 13 más. El tributo de actos jurídicos documentados, 66,5 millones, casi cinco más. Por los impuestos especiales se cobraron 480,8 millones, un extra de 9,5 con respecto al 2021. Cayó ligeramente, en 521.000 euros, el tributo de actividades de juego, que dejó poco más de dos millones. Pero se disparó la recaudación de las tasas fiscales sobre el juego de 9,7 millones a 24,6. lavozdegalicia